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El glaucoma es una enfermedad provocada por una tensión ocular inadecuada que va lesionando progresivamente las fibras del nervio óptico, provocando una disminución lenta de la visión, que si no se corrige, puede llevar a la ceguera.
Inicialmente el glaucoma no presenta síntomas de ningún tipo. Al evolucionar la enfermedad se va perdiendo la visión periférica o lateral, estrechándose el campo de visión del paciente. Sin embargo, si sigue avanzando acaba afectándose la visión central con la pérdida definitiva de la visión.
El daño que produce el glaucoma es irreversible, por eso el diagnóstico se debe realizar cuanto antes.
El Glaucoma no está relacionado con síntomas de molestias, dolores o sensaciones raras en los ojos. Es una enfermedad asociada a muchos factores de riesgo, siendo los más importantes la edad, la miopía, la diabetes, antecedentes de traumatismo ocular y las antecedentes de glaucoma en la familia. Este último es de los más importantes, puesto que si una persona tiene algún familiar con glaucoma, su riesgo de padecerlo se multiplica por 10.
Al ser una enfermedad que no presenta síntomas en sus inicios es fundamental la realización de exploraciones oftalmológicas periódicas para su detección. La prevención del glaucoma estriba en una detección precoz. El diagnóstico temprano es clave para el pronóstico visual del paciente.
En COSS somos especialista para la temprana detección del glaucoma y en su tratamiento. Para ellos, es muy importante un estudio de la tensión ocular una vez al año, sobre todo en personas que tengan familiares con glaucoma, y de manera general, a partir de los 40 años.
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