Se trata de una alteración de la capa de lágrima que lubrica al ojo protegiéndolo de las agresiones del ambiente. 

En la mayor parte de los casos el origen es multifactorial: pueden influir la edad, cambios hormonales, factores ambientales, uso de pantallas, medicaciones crónicas, enfermedades autoinmunes (artritis, lupus…), tratamientos oncológicos, y cirugías previas entre otras causas.

Los síntomas son muy variados y no siempre están todos presentes: pueden ser molestias oculares, sensación de arenilla, visión borrosa, lagrimeo excesivo, ojo rojo, picor, pesadez en los ojos…

“El ojo seco es la nueva epidemia de la era digital. No podemos evitar el uso de pantallas, pero sí podemos ayudarte a aliviar la fatiga visual casi en su totalidad.”

Qué debe saber como paciente

  • En la gran mayoría de los casos no es una enfermedad grave, por lo tanto, no va a afectar a su visión de modo permanente pero sí que puede afectar a su calidad de vida.
  • Es una enfermedad crónica y progresiva sin que exista en la actualidad un tratamiento curativo definitivo, PERO con un diagnóstico preciso y los nuevos tratamientos estudiados y desarrollados en los últimos años se logra en la mayoría de los pacientes una gran mejoría de los síntomas y la recuperación de su calidad de vida.

El Grupo de Estudio Internacional de la Enfermedad de Ojo Seco TFOS (Tear Film And Ocular Surface Society) con su último reporte DEWS II (Dry Eye Workshop II) ha revolucionado tanto el diagnóstico como el tratamiento de la enfermedad en los últimos años.

Ojo seco