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El síndrome de ojo seco es una patología que afecta a más del 30% de las personas mayores de 50 años. Se trata de una alteración de la capa de lágrima que lubrica al ojo protegiéndolo de las agresiones del ambiente.
Existen dos tipos de ojo seco.
“La Disfunción de las Glándulas de Meibomio está presente en más del 80% de los ojos secos”
Los factores de riesgo que pueden provocar el síndrome de ojo seco son los siguientes:
Son varios los síntomas que indican que padecemos de un ojo seco. Molestias oculares, irritación, enrojecimiento, sensación de cuerpo extraño, cansancio ocular, pesadez de párpados y lagrimeo.
Aunque pueda parecer contradictorio, el lagrimeo también es un síntoma muy frecuente ya que el mecanismo de defensa del ojo frente a las agresiones ambientales es aumentar la producción de lágrima. El problema es que en muchas ocasiones la lágrima que produce es de mala calidad y no realiza bien su función. De esta manera el ojo sigue estando mal lubricado, por lo que sigue mandando órdenes para producir más lagrima. Un ojo que lagrimea en exceso lágrima de mala calidad no está bien protegido.
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Preguntas frecuentes